- 1. El mosquito que venció al tigre
No había amanecido aún, cuando un rugido feroz se oyó en la selva. En un instante despertaron todos los animales, hasta un mosquito que dormía metido entre el pelo de un tejón, se levantó diciendo: - ¿Quién molesta así? - El terrible tigre -contestó el tejón- ¿qué habrá soñado? - Tal vez soñó conmigo. - ¡Ja, Ja! No creo que el tigre te tema.
- Te demostraré que así es. Mi aguijón es peor que un sable. Volaré hacia donde está y le ordenaré que deje de hacer ruido. Así lo hizo y se posó en las mismas narices de la fiera. - ¡Oye! -le gritó- ¿cómo te atreves a molestarnos con tus rugidos? El tigre entreabrió un ojo: - ¿Quién osa hablarme así? - Yo, el mosquito. - ¡No fastidies y vete de aquí mientras estás vivo! - ¿Ah si? -dijo molesto el mosquito- y se metió en su oído, picándole una y otra vez.
El tigre se enfureció dio de zarpazos, se sacudió en el suelo hasta hacerse daño y el mosquito.... ¡pica que pica dentro del oído! - ¡Me rindo, tú ganas! ¡Dejaré de rugir, pero sal de mi oreja!
El mosquito salió y regresó al bosque, a pregonar su victoria a los cuatro vientos. Contó y contó su hazaña a todos los animales, no quería que nadie dejara de saberlo. Entonces, vio a una araña tejiendo su tela, se acercó a ella y preguntó: - ¿S abes c ómo vencí al tigre? - Algo he oído, pero no conozco los detalles, ¿me los cuentas? - ¡C lar o! ¡c on mucho gusto!
- ¡Siéntate en mi alfombra! A sí lo hizo el infeliz y empezó a dar de gritos.
- ¡Socorro! ¡ Me enredé en tu alfombra! ¡No puedo mover ni una pata! La araña sonrió mientras hablaba. - ¡Qué bien! Así terminan los papamoscas, charlatanes y fanfarrones
¿Quién despertó a los animales de la selva?
A) La araña B) El tejón C) El tigre D) El mosquito
- 2. El mosquito que venció al tigre
No había amanecido aún, cuando un rugido feroz se oyó en la selva. En un instante despertaron todos los animales, hasta un mosquito que dormía metido entre el pelo de un tejón, se levantó diciendo: - ¿Quién molesta así? - El terrible tigre -contestó el tejón- ¿qué habrá soñado? - Tal vez soñó conmigo. - ¡Ja, Ja! No creo que el tigre te tema.
- Te demostraré que así es. Mi aguijón es peor que un sable. Volaré hacia donde está y le ordenaré que deje de hacer ruido. Así lo hizo y se posó en las mismas narices de la fiera. - ¡Oye! -le gritó- ¿cómo te atreves a molestarnos con tus rugidos? El tigre entreabrió un ojo: - ¿Quién osa hablarme así? - Yo, el mosquito. - ¡No fastidies y vete de aquí mientras estás vivo! - ¿Ah si? -dijo molesto el mosquito- y se metió en su oído, picándole una y otra vez.
El tigre se enfureció dio de zarpazos, se sacudió en el suelo hasta hacerse daño y el mosquito.... ¡pica que pica dentro del oído! - ¡Me rindo, tú ganas! ¡Dejaré de rugir, pero sal de mi oreja!
El mosquito salió y regresó al bosque, a pregonar su victoria a los cuatro vientos. Contó y contó su hazaña a todos los animales, no quería que nadie dejara de saberlo. Entonces, vio a una araña tejiendo su tela, se acercó a ella y preguntó: - ¿S abes c ómo vencí al tigre? - Algo he oído, pero no conozco los detalles, ¿me los cuentas? - ¡C lar o! ¡c on mucho gusto!
- ¡Siéntate en mi alfombra! A sí lo hizo el infeliz y empezó a dar de gritos.
- ¡Socorro! ¡ Me enredé en tu alfombra! ¡No puedo mover ni una pata! La araña sonrió mientras hablaba. - ¡Qué bien! Así terminan los papamoscas, charlatanes y fanfarrones
¿Qué tipo de ser vivo es el tejon?
A) Un insecto B) Un mamifero C) Un ave D) un reptil
- 3. El mosquito que venció al tigre
No había amanecido aún, cuando un rugido feroz se oyó en la selva. En un instante despertaron todos los animales, hasta un mosquito que dormía metido entre el pelo de un tejón, se levantó diciendo: - ¿Quién molesta así? - El terrible tigre -contestó el tejón- ¿qué habrá soñado? - Tal vez soñó conmigo. - ¡Ja, Ja! No creo que el tigre te tema.
- Te demostraré que así es. Mi aguijón es peor que un sable. Volaré hacia donde está y le ordenaré que deje de hacer ruido. Así lo hizo y se posó en las mismas narices de la fiera. - ¡Oye! -le gritó- ¿cómo te atreves a molestarnos con tus rugidos? El tigre entreabrió un ojo: - ¿Quién osa hablarme así? - Yo, el mosquito. - ¡No fastidies y vete de aquí mientras estás vivo! - ¿Ah si? -dijo molesto el mosquito- y se metió en su oído, picándole una y otra vez.
El tigre se enfureció dio de zarpazos, se sacudió en el suelo hasta hacerse daño y el mosquito.... ¡pica que pica dentro del oído! - ¡Me rindo, tú ganas! ¡Dejaré de rugir, pero sal de mi oreja!
El mosquito salió y regresó al bosque, a pregonar su victoria a los cuatro vientos. Contó y contó su hazaña a todos los animales, no quería que nadie dejara de saberlo. Entonces, vio a una araña tejiendo su tela, se acercó a ella y preguntó: - ¿S abes c ómo vencí al tigre? - Algo he oído, pero no conozco los detalles, ¿me los cuentas? - ¡C lar o! ¡c on mucho gusto!
- ¡Siéntate en mi alfombra! A sí lo hizo el infeliz y empezó a dar de gritos.
- ¡Socorro! ¡ Me enredé en tu alfombra! ¡No puedo mover ni una pata! La araña sonrió mientras hablaba. - ¡Qué bien! Así terminan los papamoscas, charlatanes y fanfarrones.
La expresión: Mi aguijón es peor que un sable, quiere decir.
A) El aguijón es parte del cuerpo del mosquito. B) El sable y el aguijón son armas. C) El aguijón es mas poderoso que el sable. D) El sable es más grande que el aguijón.
- 4. El mosquito que venció al tigre
No había amanecido aún, cuando un rugido feroz se oyó en la selva. En un instante despertaron todos los animales, hasta un mosquito que dormía metido entre el pelo de un tejón, se levantó diciendo: - ¿Quién molesta así? - El terrible tigre -contestó el tejón- ¿qué habrá soñado? - Tal vez soñó conmigo. - ¡Ja, Ja! No creo que el tigre te tema.
- Te demostraré que así es. Mi aguijón es peor que un sable. Volaré hacia donde está y le ordenaré que deje de hacer ruido. Así lo hizo y se posó en las mismas narices de la fiera. - ¡Oye! -le gritó- ¿cómo te atreves a molestarnos con tus rugidos? El tigre entreabrió un ojo: - ¿Quién osa hablarme así? - Yo, el mosquito. - ¡No fastidies y vete de aquí mientras estás vivo! - ¿Ah si? -dijo molesto el mosquito- y se metió en su oído, picándole una y otra vez.
El tigre se enfureció dio de zarpazos, se sacudió en el suelo hasta hacerse daño y el mosquito.... ¡pica que pica dentro del oído! - ¡Me rindo, tú ganas! ¡Dejaré de rugir, pero sal de mi oreja!
El mosquito salió y regresó al bosque, a pregonar su victoria a los cuatro vientos. Contó y contó su hazaña a todos los animales, no quería que nadie dejara de saberlo. Entonces, vio a una araña tejiendo su tela, se acercó a ella y preguntó: - ¿S abes c ómo vencí al tigre? - Algo he oído, pero no conozco los detalles, ¿me los cuentas? - ¡C lar o! ¡c on mucho gusto!
- ¡Siéntate en mi alfombra! A sí lo hizo el infeliz y empezó a dar de gritos.
- ¡Socorro! ¡ Me enredé en tu alfombra! ¡No puedo mover ni una pata! La araña sonrió mientras hablaba. - ¡Qué bien! Así terminan los papamoscas, charlatanes y fanfarrones. ¿Por qué se enfureció el tigre?
A) El mosquito le daba picotones en el oído. B) Porque el tigre se lastimaba dando zarpazos. C) El mosquito le daba picotones en la oreja. D) El mosquito le daba picotones en la nariz.
- 5. El mosquito que venció al tigre
No había amanecido aún, cuando un rugido feroz se oyó en la selva. En un instante despertaron todos los animales, hasta un mosquito que dormía metido entre el pelo de un tejón, se levantó diciendo: - ¿Quién molesta así? - El terrible tigre -contestó el tejón- ¿qué habrá soñado? - Tal vez soñó conmigo. - ¡Ja, Ja! No creo que el tigre te tema.
- Te demostraré que así es. Mi aguijón es peor que un sable. Volaré hacia donde está y le ordenaré que deje de hacer ruido. Así lo hizo y se posó en las mismas narices de la fiera. - ¡Oye! -le gritó- ¿cómo te atreves a molestarnos con tus rugidos? El tigre entreabrió un ojo: - ¿Quién osa hablarme así? - Yo, el mosquito. - ¡No fastidies y vete de aquí mientras estás vivo! - ¿Ah si? -dijo molesto el mosquito- y se metió en su oído, picándole una y otra vez.
El tigre se enfureció dio de zarpazos, se sacudió en el suelo hasta hacerse daño y el mosquito.... ¡pica que pica dentro del oído! - ¡Me rindo, tú ganas! ¡Dejaré de rugir, pero sal de mi oreja!
El mosquito salió y regresó al bosque, a pregonar su victoria a los cuatro vientos. Contó y contó su hazaña a todos los animales, no quería que nadie dejara de saberlo. Entonces, vio a una araña tejiendo su tela, se acercó a ella y preguntó: - ¿S abes c ómo vencí al tigre? - Algo he oído, pero no conozco los detalles, ¿me los cuentas? - ¡C lar o! ¡c on mucho gusto!
- ¡Siéntate en mi alfombra! A sí lo hizo el infeliz y empezó a dar de gritos.
- ¡Socorro! ¡ Me enredé en tu alfombra! ¡No puedo mover ni una pata! La araña sonrió mientras hablaba. - ¡Qué bien! Así terminan los papamoscas, charlatanes y fanfarrones. La expresión: pregonar su victoria a los cuatro vientos.
A) Contó su victoria por todas partes. B) Contó su victoria a unos cuantos animales. C) Contó su victoria a su familia. D) Contó su victoria a los vientos.
- 6. El mosquito que venció al tigre
No había amanecido aún, cuando un rugido feroz se oyó en la selva. En un instante despertaron todos los animales, hasta un mosquito que dormía metido entre el pelo de un tejón, se levantó diciendo: - ¿Quién molesta así? - El terrible tigre -contestó el tejón- ¿qué habrá soñado? - Tal vez soñó conmigo. - ¡Ja, Ja! No creo que el tigre te tema.
- Te demostraré que así es. Mi aguijón es peor que un sable. Volaré hacia donde está y le ordenaré que deje de hacer ruido. Así lo hizo y se posó en las mismas narices de la fiera. - ¡Oye! -le gritó- ¿cómo te atreves a molestarnos con tus rugidos? El tigre entreabrió un ojo: - ¿Quién osa hablarme así? - Yo, el mosquito. - ¡No fastidies y vete de aquí mientras estás vivo! - ¿Ah si? -dijo molesto el mosquito- y se metió en su oído, picándole una y otra vez.
El tigre se enfureció dio de zarpazos, se sacudió en el suelo hasta hacerse daño y el mosquito.... ¡pica que pica dentro del oído! - ¡Me rindo, tú ganas! ¡Dejaré de rugir, pero sal de mi oreja!
El mosquito salió y regresó al bosque, a pregonar su victoria a los cuatro vientos. Contó y contó su hazaña a todos los animales, no quería que nadie dejara de saberlo. Entonces, vio a una araña tejiendo su tela, se acercó a ella y preguntó: - ¿S abes c ómo vencí al tigre? - Algo he oído, pero no conozco los detalles, ¿me los cuentas? - ¡C lar o! ¡c on mucho gusto!
- ¡Siéntate en mi alfombra! A sí lo hizo el infeliz y empezó a dar de gritos.
- ¡Socorro! ¡ Me enredé en tu alfombra! ¡No puedo mover ni una pata! La araña sonrió mientras hablaba. - ¡Qué bien! Así terminan los papamoscas, charlatanes y fanfarrones. ¿Cuál hubiera sido la actitud correcta del mosquito después de vencer al tigre?
A) Burlarse del tigre por haberlo vencido. B) Dejar que otros sean los que admiren su hazaña. C) Dejar que otros envidien su hazaña. D) Sentirse el más fuerte del bosque.
- 7. ¿Qué significa la palabra osa en la expresión?
- ¿Quién osa hablarme así?
A) Atreverse B) Hablar C) Temer D) Desear
- 8. ¿Cómo terminó el mosquito?
A) Devorado por la araña. B) Siendo amigo de la araña. C) Pidiendo ayuda al tejón.
- 9. ¿Qué otra reflexión que nos deje este texto?
A) Que una batalla la gana el más pequeño. B) Que una lucha la gana el más inteligente. C) Que una disputa la gana siempre el más fuerte. D) Que una lucha la gana quien es más grande.
- 10. El texto que leíste es:
A) Descriptivo B) Informativo. C) Narrativo. D) Argumentativo
- 11. La estructura del texto que leíste es el siguiente:
A) Inicio - nudo - final. B) Título - problema - final. C) Introducción - problema - final. D) Inicio - argumento - conclusión.
- 12. Cuándo ocurrió el feroz rugido del tigre?
A) En la tarde. B) En la noche. C) En la mañana y la tarde. D) Antes del medio día.
|