A) La música alta B) El maquillaje C) La lectura de novelas D) La oración
A) Por petición de la congregación B) Por imitar a otros predicadores famosos C) Para hacerlo más aburrido D) Para facilitar la comprensión y retención
A) No tiene importancia en un sermón B) Captar la atención y presentar el tema C) Ocultar el tema del sermón D) Hablar de temas irrelevantes
A) A Pablo Apóstol B) A Martin Lutero C) A San Francisco de Asís D) A Billy Graham
A) Para imponer opiniones personales B) Para ignorar sus necesidades C) Para desconocer del tema D) Para adaptar el mensaje a sus necesidades
A) Adaptar el mensaje al contexto de la audiencia B) Utilizar un lenguaje arcaico C) No relacionar la Biblia con la vida actual D) Imitar a los predicadores del pasado
A) Provocar bostezos B) No tienen relevancia en la predicación C) Hacer que el mensaje sea más entendible D) Confundir a la audiencia
A) Siempre gritando B) Siempre susurrando C) Variado y adecuado al mensaje D) Muy monótono
A) Para tener una guía clara del mensaje B) Para improvisar completamente C) Para dejar todo al azar D) Para hablar sin rumbo
A) Buscar aplausos del público B) Inventar historias fantásticas C) Ignorar la moralidad D) Mantener la integridad y credibilidad del mensaje
A) Un chiste al inicio B) El tema principal o idea central C) Algo que se come al desayuno D) El final del sermón
A) Interpretar correctamente el texto bíblico B) Recitar de memoria versículos al azar C) Ignorar por completo las Escrituras D) Incluir chistes en el sermón
A) Usar palabras complicadas B) No prestar atención a la pronunciación C) Practicar lectura en voz alta D) Hablar rápido para parecer más seguro
A) El lenguaje grosero B) El silencio absoluto C) La repetición excesiva D) La metáfora
A) Reforzar los puntos clave B) Confundir a la congregación C) Aburrir a la audiencia D) Perder tiempo de predicación |