- 1. EL DISCURSO DEL PAVO 1. El niño había esperado el bus en la acera marcada con la cinta amarilla y lo había tomado después de que lo hicieron todos los pasajeros. A diferencia de los otros, el niño llevaba un pavo debajo del brazo. Y quienquiera que haya visto un pavo debajo de un brazo, sabe que no hay animal más pacífico, más inofensivo y serio y que, ninguno como él representa con mayor propiedad su papel de víctima propiciatoria. 2. El niño se sentó en uno de los asientos laterales, contra la ventanilla. Llevaba el pavo para alguna parte. Tal vez a venderlo en el mercado. Tal vez a regalarlo. Tal vez para que algo fuera extraño simplemente lo llevaba a dar una vuelta por la ciudad, como llevan las damas su pekinés favorito. En todo caso, el niño iba allí tan pacífico, inofensivo y serio como el pavo. 3. De pronto, cuando ya parecía haber pasado el momento oportuno para protestar, la dama que ocupaba el asiento vecino empezó a incomodarse. Primero se incomodó con un gesto displicente. Luego, como en un proceso de reacciones internas, se llevó las manos a las narices, después se estiró, buscó al cobrador con la mirada llena de propósitos amenazantes y, finalmente, cuando el proceso interno llegó a su punto de ebullición, hizo la estridente protesta que pareció un verso fabricado para la literatura de tocador: —¡Si no me quitan este pavo me desmayo! 4. Todos sabíamos, desde luego, que aquella saludable y peripuesta señora era capaz de todo, menos de desmayarse. Pero la protesta había sido formulada en un tono contundente, tan definitivo e irrevocable, que todos empezamos a temer que sucediera lo que sucede siempre. Es decir, que bajaran al niño con el pavo. 5. Y él iba allí, contra la ventanilla, pegada la frente al borde de madera, sin ninguna preocupación por lo que pudiera decir la señora. En sus brazos, el pavo tenía toda la distinción de un caballero venido a menos, de uno de esos mendigos a quienes todos respetan porque recuerdan que, diez años antes, era uno de los hombres más acaudalados de la ciudad. Digno, intachable, el pavo parecía ser la única cosa lo suficientemente humana como para desmayarse frente a un mal olor. 6. Entonces alguien propuso, en voz alta, que se le aceptaran los diez centavos del pasaje, para que el pavo pudiera ocupar el puesto de la mujer. Otro, menos guasón, ofreció cambiar su asiento con el de la indispuesta dama. Pero ella no parecía dispuesta a transigir, sino que, rechazando todas las fórmulas propuestas, insistió con palabras que iban para discurso cívico, que no podía permitirse que en un vehículo de servicio público viajaran animales plumados, en confusión con los implumes. 7. Y ante la rabiosa andanada de aquella viajera patrióticamente antipática el pavo permanecía digno, sereno, imperturbable. Nunca se vio pavo más insultado, pero tampoco animal más discreto y silenciosamente irónico. Tomado de: García Márquez, Gabriel 1981. Textos costeños Bogotá: Edit. Oveja Negra. La actitud de la dama, que ocupa en el bus el puesto vecino al niño que lleva el pavo, se puede calificar como:
A) Imperturbable. B) Injusta. C) Insoportable. D) Ninguna de las anteriores E) Intolerante.
- 2. EL DISCURSO DEL PAVO 1. El niño había esperado el bus en la acera marcada con la cinta amarilla y lo había tomado después de que lo hicieron todos los pasajeros. A diferencia de los otros, el niño llevaba un pavo debajo del brazo. Y quienquiera que haya visto un pavo debajo de un brazo, sabe que no hay animal más pacífico, más inofensivo y serio y que, ninguno como él representa con mayor propiedad su papel de víctima propiciatoria. 2. El niño se sentó en uno de los asientos laterales, contra la ventanilla. Llevaba el pavo para alguna parte. Tal vez a venderlo en el mercado. Tal vez a regalarlo. Tal vez para que algo fuera extraño simplemente lo llevaba a dar una vuelta por la ciudad, como llevan las damas su pekinés favorito. En todo caso, el niño iba allí tan pacífico, inofensivo y serio como el pavo. 3. De pronto, cuando ya parecía haber pasado el momento oportuno para protestar, la dama que ocupaba el asiento vecino empezó a incomodarse. Primero se incomodó con un gesto displicente. Luego, como en un proceso de reacciones internas, se llevó las manos a las narices, después se estiró, buscó al cobrador con la mirada llena de propósitos amenazantes y, finalmente, cuando el proceso interno llegó a su punto de ebullición, hizo la estridente protesta que pareció un verso fabricado para la literatura de tocador: —¡Si no me quitan este pavo me desmayo! 4. Todos sabíamos, desde luego, que aquella saludable y peripuesta señora era capaz de todo, menos de desmayarse. Pero la protesta había sido formulada en un tono contundente, tan definitivo e irrevocable, que todos empezamos a temer que sucediera lo que sucede siempre. Es decir, que bajaran al niño con el pavo. 5. Y él iba allí, contra la ventanilla, pegada la frente al borde de madera, sin ninguna preocupación por lo que pudiera decir la señora. En sus brazos, el pavo tenía toda la distinción de un caballero venido a menos, de uno de esos mendigos a quienes todos respetan porque recuerdan que, diez años antes, era uno de los hombres más acaudalados de la ciudad. Digno, intachable, el pavo parecía ser la única cosa lo suficientemente humana como para desmayarse frente a un mal olor. 6. Entonces alguien propuso, en voz alta, que se le aceptaran los diez centavos del pasaje, para que el pavo pudiera ocupar el puesto de la mujer. Otro, menos guasón, ofreció cambiar su asiento con el de la indispuesta dama. Pero ella no parecía dispuesta a transigir, sino que, rechazando todas las fórmulas propuestas, insistió con palabras que iban para discurso cívico, que no podía permitirse que en un vehículo de servicio público viajaran animales plumados, en confusión con los implumes. 7. Y ante la rabiosa andanada de aquella viajera patrióticamente antipática el pavo permanecía digno, sereno, imperturbable. Nunca se vio pavo más insultado, pero tampoco animal más discreto y silenciosamente irónico. Tomado de: García Márquez, Gabriel 1981. Textos costeños Bogotá: Edit. Oveja Negra. En el tercer párrafo del texto, lo que se dice de la dama permite:
A) Describir la intolerancia de la dama. B) Todas las anteriores C) Demostrar la incomodidad de los pasajeros. D) Conocer cómo era la dama físicamente. E) Justificar el comportamiento del niño.
- 3. EL DISCURSO DEL PAVO 1. El niño había esperado el bus en la acera marcada con la cinta amarilla y lo había tomado después de que lo hicieron todos los pasajeros. A diferencia de los otros, el niño llevaba un pavo debajo del brazo. Y quienquiera que haya visto un pavo debajo de un brazo, sabe que no hay animal más pacífico, más inofensivo y serio y que, ninguno como él representa con mayor propiedad su papel de víctima propiciatoria. 2. El niño se sentó en uno de los asientos laterales, contra la ventanilla. Llevaba el pavo para alguna parte. Tal vez a venderlo en el mercado. Tal vez a regalarlo. Tal vez para que algo fuera extraño simplemente lo llevaba a dar una vuelta por la ciudad, como llevan las damas su pekinés favorito. En todo caso, el niño iba allí tan pacífico, inofensivo y serio como el pavo. 3. De pronto, cuando ya parecía haber pasado el momento oportuno para protestar, la dama que ocupaba el asiento vecino empezó a incomodarse. Primero se incomodó con un gesto displicente. Luego, como en un proceso de reacciones internas, se llevó las manos a las narices, después se estiró, buscó al cobrador con la mirada llena de propósitos amenazantes y, finalmente, cuando el proceso interno llegó a su punto de ebullición, hizo la estridente protesta que pareció un verso fabricado para la literatura de tocador: —¡Si no me quitan este pavo me desmayo! 4. Todos sabíamos, desde luego, que aquella saludable y peripuesta señora era capaz de todo, menos de desmayarse. Pero la protesta había sido formulada en un tono contundente, tan definitivo e irrevocable, que todos empezamos a temer que sucediera lo que sucede siempre. Es decir, que bajaran al niño con el pavo. 5. Y él iba allí, contra la ventanilla, pegada la frente al borde de madera, sin ninguna preocupación por lo que pudiera decir la señora. En sus brazos, el pavo tenía toda la distinción de un caballero venido a menos, de uno de esos mendigos a quienes todos respetan porque recuerdan que, diez años antes, era uno de los hombres más acaudalados de la ciudad. Digno, intachable, el pavo parecía ser la única cosa lo suficientemente humana como para desmayarse frente a un mal olor. 6. Entonces alguien propuso, en voz alta, que se le aceptaran los diez centavos del pasaje, para que el pavo pudiera ocupar el puesto de la mujer. Otro, menos guasón, ofreció cambiar su asiento con el de la indispuesta dama. Pero ella no parecía dispuesta a transigir, sino que, rechazando todas las fórmulas propuestas, insistió con palabras que iban para discurso cívico, que no podía permitirse que en un vehículo de servicio público viajaran animales plumados, en confusión con los implumes. 7. Y ante la rabiosa andanada de aquella viajera patrióticamente antipática el pavo permanecía digno, sereno, imperturbable. Nunca se vio pavo más insultado, pero tampoco animal más discreto y silenciosamente irónico. Tomado de: García Márquez, Gabriel 1981. Textos costeños Bogotá: Edit. Oveja Negra. De los siguientes enunciados, el que más se relaciona directamente con el título del texto es:
A) Todas las anteriores B) “En sus brazos, el pavo tenía toda la distinción de un caballero venido a menos”. C) “Nunca se vio pavo más insultado, pero tampoco animal más discreto y silenciosamente irónico”. D) “Digno, intachable, el pavo parecía ser la única cosa lo suficientemente humana como para desmayarse frente a un mal olor”. E) “No hay animal más pacífico, más inofensivo y serio y que, ninguno como él representa su papel de víctima propiciatoria”.
- 4. Estás interesado en concursar por una beca de seis meses de intercambio a Estados Unidos y debes escribir una carta para convencer al jurado de otorgártela. ¿Qué escribirías como argumento principal?
A) Ninguna de las anteriores B) Soy un buen estudiante aunque en mi curso hay otros mejores. C) Quiero ganar la beca para aprender cosas que ayuden a mi país. D) Considero que el intercambio puede ser una aventura emocionante. E) Me gustaría recibir la beca para visitar a mi familia en el extranjero.
- 5. Si la profesora te entrega el siguiente tema “El mercado negro de pieles, colmillos y grasa”, para que realices un escrito, tú investigas sobre:
A) El uso de la grasa animal en el área de la salud. B) Las propiedades del marfil en el diseño de joyas y artesanías. C) Las cadenas de almacenes de gran éxito en la venta de pieles. D) Todas las anteriores E) El tráfico ilegal de especies en vías de extinción.
- 6. Estás escribiendo un ensayo sobre el amor en la Edad Media y quieres usar la información que te da un determinado autor sobre el tema. Para poner las palabras de este autor utilizas:
A) Signos de interrogación. B) Puntos suspensivos. C) Signos de exclamación. D) Todas las anteriores E) Comillas.
- 7. En la clase de lenguaje te pidieron que escribieras una nota periodística sobre el concierto de “Paz sin fronteras”, con el propósito de mostrar la acogida que tuvo el evento. El texto que estás escribiendo dice: “Concierto ‘Paz sin Fronteras’ se desbordó ‘Paz sin fronteras’, bautizado así por el músico colombiano Juanes, se inició a la 1:15 p.m. y terminó a las 5 de la tarde. Al concierto más esperado por los colombianos y al más espectacular que esta región fronteriza haya visto en los últimos tiempos,…”. Para continuar el escrito y lograr el propósito continúas escribiendo:
A) Ninguna de las anteriores B) Al inicio del evento, los artistas se acercaron a la tarima. C) La parte técnica respondió a las posibilidades del escenario. D) Las toneladas de equipo llegaron un día antes del evento. E) Asistieron más de 100.000 personas unidas por la paz.
- 8. Estás escribiendo un artículo científico acerca de las consecuencias del calentamiento global, para el portal del colegio y tienes las siguientes ideas: (1) Los científicos predicen que si no se reducen las emisiones que causan el calentamiento global, se elevarán los niveles del mar, inundando las áreas costeras. (2) Las olas de calor serán más frecuentes e intensas. (3) Las sequías y los incendios devastadores ocurrirán más a menudo. (4) Para mí que los mosquitos, portadores de enfermedades, echarán bueno porque ganarán terreno. (5) Además, algunas especies serán empujadas hacia la extinción. Muchas de esas cosas podrían suceder en este siglo. Al leer el escrito, consideras que:
A) Todas las anteriores B) Las ideas son buenas pero se deben desarrollar un poco más. C) La idea cuatro (4) no se adecua al tema del artículo. D) Las ideas son claras pero muy largas. E) La idea (1) es compleja y difícil de entender.
- 9. TEXTO SONETO Mientras que por competir con tu cabello, oro bruñido el sol relumbra en vano; mientras que con menos precio en medio el llano, mira tu blanca frente el lilo bello; mientras a cada labio, por cogello, siguen más ojos que al clavel temprano, y mientras triunfa con desdén lozano de luciente cristal tu gentil cuello, goza cuello, cabello, labio, frente antes de lo que fue en tu edad dorada, oro, lilo, clavel, cristal luciente, no solo en plata o viola troncada se vuelva, mas tú y ello juntamente en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. Tomado de: Góngora, Luis. Antología poética, Bogotá: La Oveja Negra, 1984. En el soneto se expresa la angustia del poeta por:
A) La existencia mística. B) La dolorosa muerte. C) Ninguna de las anteriores D) La condición humana. E) La pérdida del amor.
- 10. TEXTO SONETO 1. Mientras que por competir con tu cabello, 2.oro bruñido el sol relumbra en vano; 3.mientras que con menos precio en medio el llano, 4.mira tu blanca frente el lilo bello; 5.mientras a cada labio, por cogello, 6.siguen más ojos que al clavel temprano, 7.y mientras triunfa con desdén lozano 8. de luciente cristal tu gentil cuello, 9. goza cuello, cabello, labio, frente 10. antes de lo que fue en tu edad dorada, 11.oro, lilo, clavel, cristal luciente, 12. no solo en plata o viola troncada 13. se vuelva, mas tú y ello juntamente 14. en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. Tomado de: Góngora, Luis. Antología poética, Bogotá: La Oveja Negra, 1984. Formalmente, el soneto de Góngora se puede definir como una combinación de:
A) Once versos endecasílabos (versos de arte mayor de once sílabas). B) Catorce versos endecasílabos (versos de arte mayor de once sílabas). C) Ocho versos endecasílabos (versos de arte mayor de once sílabas). D) Cuatro versos endecasílabos (versos de arte mayor de once sílabas). E) Ninguna de las anteriores
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