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español octavo
Hauen laguntzarekin: CONTO GARCIA
  • 1. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    La palabra mitigar, en la línea 5 del texto,
A) Aminorar.
B) Aumentar
C) Atenuar.
D) Disminuir
  • 2. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    Del texto se infiere que César:
A) Frecuenta los bares cercanos.
B) Recorre constantemente las calles del barrio.
C) Camina rápido y hace bullicio.
D) Sólo sale a la calle para ir a estudiar.
  • 3. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    En la línea 12, la palabra en paréntesis
A) Un río.
B) Un Departamento.
C) Una persona.
D) Una comunidad indígena.
  • 4. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    Cuando César dejó su comunidad, su padre:
A) Llevaba 33 años como gobernante.
B) Llevaba 36 años como gobernante.
C) Llevaba 35 años como gobernante.
D) Llevaba 34 años como gobernante.
  • 5. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    Lo más importante para César es:
A) Vagar por las calles.
B) Aprender español.
C) Conocer a sus “hermanos menores”.
D) Prepararse y gobernar su comunidad.
  • 6. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    En el cuarto párrafo se habla de:
A) La residencia de César.
B) Las aspiraciones de César.
C) Las costumbres de César.
D) El atuendo de Cesar
  • 7. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    La expresión “atascado en el pasado”, en la línea 12, sugiere que el pueblo de César:
A) No quiere salir adelante.
B) Queda en un lugar de difícil acceso.
C) Vive en condiciones muy duras.
D) Conserva sus tradiciones.
  • 8. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    La palabra guía, la línea 8 del texto, podría reemplazarse por:
A) Dirige
B) Indica
C) Orienta
D) Encamina
  • 9. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    En el 4º párrafo para César sus Hermanos menores son:
A) Los Arahuacos
B) Los samarios
C) Los blancos
D) Los indios
  • 10. UN PRINCIPE ARHUACO EN BOGOTA

    Desde que se radicó en Bogotá, el nuevo “reino” de César Torres se reduce a las calles delgadas y quebradas de los barrios del centro de la ciudad. Las transita tranquilo, con su pelo largo y su vestido arahuaco como si estuviera en la Sierra Nevada, lo único que cambió de su atuendo fueron sus sandalias por unos tenis Reebok cafés de segunda, y sobre su traje sagrado se pone una chaqueta abullonada color militar para mitigar el frio.
    Las horas de César transcurren de aquí para allá, como un nómada por el barrio La Candelaria, espiando el bullicio y la multitud que camina rápido y mirando al suelo.
    No conoce las numeraciones de las calles, por lo que se guía por los restaurantes incrustados en viejas casonas y por los bares que nunca descansa. Tampoco tiene un lugar fijo. En su mochila gris carga un lazo con cuatro llaves de diferentes casas, por lo que un día puede desayunar en una y almorzar y dormir en otra.
    Hace dos años decidió dejar su comunidad en Sabana de Crespo (Cesar), un pueblo atascado en el pasado a orilla del río Guatapurí en la Sierra, con la misión de aprender español, estudiar a sus “hermanos menores” (como llama a los blancos) y, lo mas importante, prepararse en una universidad para volver y gobernar como lo ha hecho Julio, su padre, en los últimos 36 años.

    En el 1º párrafo la palabra cambió es antónima de:
A) volvió.
B) Permaneció
C) Continuó
D) Siguió
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